Por Matteo Boschian Cuch, investigador CENIT (CIMNE) en colaboración con Port de Barcelona
El transporte intermodal de mercancías es clave en la descarbonización del sector del transporte en España. Actualmente, el transporte de mercancías por ferrocarril en España, a diferencia de otros países europeos, está estrechamente vinculado al transporte marítimo. Las terminales intermodales, tanto públicas como privadas, concentradas principalmente en la zona del Levante, el noreste peninsular y el centro son claves para avanzar en esta dirección. Nuevas terminales intermodales están surgiendo en diferentes puntos de la península, en Madrid, Extremadura, Andalucía, Castilla León y Cataluña, entre otras CCAA. La construcción actual de nuevas terminales intermodales en España está siendo promovida principalmente por autoridades portuarias, gobiernos de las comunidades autónomas, municipios y, sobre todo, empresas navieras.
Destacan, por ejemplo, las terminales en Extremadura impulsadas por el grupo MSC, la presencia en Azuqueca de CMA-CGM, en la Terminal Marítima de Zaragoza de APMT/Maersk y la terminal de Miranda de Ebro impulsada por JSV. Próximamente se pondrán en funcionamiento también dos grandes nodos ferroviarios largamente esperados: Vicálvaro en Madrid y la Llagosta en Barcelona. Asimismo, nuevos otros proyectos de terminales ferroviarias están en desarrollo a lo largo y ancho del país: entre otras, en Salamanca, Marchámalo, Algodor, Valladolid, Sagunto y Tamarite de la Litera.
Una buena noticia tras décadas de falta de inversión enfocada al sector del transporte ferroviario de mercancías, aunque existe el riesgo evidente de que se esté generando un exceso de oferta de terminales intermodales en algunos lugares en los que ya existe una oferta parecida o la demanda potencial no es suficiente para asegurar la rentabilidad de algunas inversiones.