En los últimos años, la cuota del transporte ferroviario de mercancías en la Unión Europea ha experimentado una ligera disminución, perdiendo puntos porcentuales. Si se observa al detalle el mapa de los países miembros, se identifica una tendencia clara: una alta dependencia del ferrocarril de los estados Bálticos, seguidos por varios países de Europa del Este.
En países como los Países Bajos, Bélgica, Rumanía y Bulgaria, la intermodalidad se traduce, especialmente, en una mayor relevancia del transporte por vías navegables, gracias a una buena integración entre distintos modos de transporte.
Figura 2: Cuota de mercancía contenerizada transportada por ferrocarril (2023)
Fuente: Elaboración propia a partir de Eurostat (rail_go_contwgt; rail_go_total)
En cuanto al desarrollo de las autopistas ferroviarias —es decir, el transporte de semirremolques sobre trenes—, destacan Alemania, Italia y Suiza, países que han apostado decididamente por este modelo como una solución eficiente para el transporte de larga distancia. Muchos de estos servicios son mixtos, aceptando también cargas de todo tipo. En 2024, España ha dado un paso importante en esta dirección con el inicio del primer servicio nacional de autopista ferroviaria entre Valencia y Madrid.
Esta imagen de la Unión Europea, centrada en el transporte de mercancías por ferrocarril, refleja claramente la diversidad geográfica e infraestructural entre los países, fruto de trayectorias históricas muy distintas en el desarrollo de este modo de transporte.